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jueves, 16 de febrero de 2023

YO HAGO OTRAS COSAS MÁS QUE JUGAR, JUGANDO VIDEOJUEGOS.

 


Los juegos sirven para muchas cosas como la búsqueda de épica, de empoderamiento, de diversión o incluso de inspiración, pero también sirven y mucho, para apagar el cerebro o para encontrar belleza en la aventura hasta de forma tranquila. A veces, yo juego para tener esa sensación de placer jugable, de jugar bien, de jugar bonito, de ser el mejor y de ser todo un profesional, donde sea un experto para conectarse con el control y hacer las cosas perfectamente, tal cual me las he propuesto. Esa satisfacción jugable de sentir que algo que quieres que te salga bien, te sale exactamente como lo planeaste. Y también juego para ser capo, ser el mejor jugador en tal o cierta cosa, incluso, del mundo, si se me permite. También encuentro muy común, esa idea cuando uno no logra resolver un acertijo, superar un reto, o una parte o jefe, que, si en esto que está diseñado para que yo logre esa satisfacción con facilidad, y no lo logro, entonces lo estoy haciendo mal en el resto de cosas de mi vida profesional. Trasladando mis problemas y sustituyéndolos con otros. Siempre son comparaciones raras derivadas de la ansiedad y el pensar demasiado.   

Pero hay juegos que dan espacios para escuchar, hay juegos que te permiten apagar todo el cerebro, incluso bajarle el volumen a lo que juegas y merodear. Los mundos abiertos son perfectos para ello, para meterse ahí, caminar y solo ver el paisaje poligonal. Por eso la forma en la que camina y la forma en la que viaja un personaje por el terreno, mas la cámara son elementos básicos que me dan tranquilidad y feel. Imagino que ese es el éxito de juegos como Red Dead Redemption 2 o de incluso, de caminar libremente en un gta. Sin embargo, no me gustan mucho los mundos donde salen tantos enemigos, donde se regeneran siempre que inicias partida porque interrumpen esa tranquilidad, incluso, cuando ya he superado ese reto. A veces es importante que un juego me deje tranquilo, dejarme sin problemas caminando o viendo cosas por ahí. Pero también hay otros géneros para ello: los de conducción y las plataformas. En la conducción sale a relucir mi amado Gran Turismo, donde dar vueltas tranquilamente escuchando música después de un día pesado, es lo mejor que te pueda pasar, dar vueltas tranquilo, a velocidad media.  Pero también existen las plataformas y los juegos de completar cosas. Aquí reluce, que además de escuchar música se puede escuchar un podcast. Yo juego mucho escuchando podcast y emisoras de radio o guías o comentarios políticos o noticias largas o el noticiero jugando. ¿Y adivinen con que lo juego? Lo hago con Super Mario 3d World mientras repaso todos los niveles con todos los personajes ya que hay mucho por jugar. 

Con solo lo necesario en lo mecánico se juega relativamente fácil sin ponerse en modo “berserker”, lo cual, jugar cinco veces un mismo nivel, siendo una tarea que se hace completamente repetitiva, te da espacio para poner un álbum de death cab for cutie o para escuchar un podcast sobre política y las reformas de Colombia en Spotify. Incluso escuchar Chopin, o análisis de videojuegos o películas. Es sabido que hay actividades que te permiten desconectarte, y poner atención a otras cosas como escuchar. No hay mejor momento para escuchar podcast que jugando estos juegos donde te conectas con el control fácil o por ejemplo, no hay mejor oportunidad que lavar los trastes, para escuchar música o un álbum que te exija buena concentración. 

El videojuego también tiene este carácter simple, basado en su forma de jugar y basado en la introspección de un sistema de control, ya que donde se haya metido, se puede jugar de forma natural y rápidamente. Y así sin necesidad de escuchar, es ahí donde aparece otra zona, donde la cosa funciona por naturaleza, donde algunas veces, cuando la cosa se complica, o se pone seria, toca dejar de escuchar y ponerse en ese modo “berserker”. Pero no es la “zona”, es la zona de confort. Y eso está también bien.

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