Buscar este blog

domingo, 6 de marzo de 2022

SOY UN ASALARIADO NO UN GAMER

 

Simplemente, no se puede tener todo y hay que explotar los propios recursos, ser eficiente con todo lo que sí puedo adquirir y jugar. Los que jugamos mucho (detesto el término gamer) nos dejamos llevar por lo nuevo, por ver un Horizon Forbidden West a toda máquina en la casa de los primos y de ver lo que significa el 8K y un poco más de frames que antes. 

Quería con mis ahorros comprar un televisor de 120 Hz, pero eso no es posible hoy; un dato que me dieron y que había escuchado antes y del que, por comprobación, me planteé seriamente. Eso es el futuro tecnológico para ver cómo se debe a los triple A, sin duda. Pero, aunque es francamente espectacular, sería el lujo más importante de mi vida hasta ahora. No hay una forma en la que yo logre gastarme 4 millones de pesos de contado o a cuotas en algo así, sumado a una PlayStation 5, que toca esperar un poco más para que se reduzca su precio y sea más asequible.

Lo busqué con ahínco y pregunté por descuentos y por usados, pero es algo difícil para un asalariado normal; es difícil hacer una hoja de Excel con esos números cuando tienes otros gastos importantes, de la vida, de tu familia; y me imagino que la cosa es así para muchos, que cuando ven una avalancha de juegos en febrero de ese calibre, sienten que hay que pensarse las cosas más de tres o cuatro veces.

 

Quiero la experiencia next gen, pero no se puede teniendo una PlayStation 4 que tiene que terminar su ciclo con juegos como Sifu o indies recomendados. O cuando también tienes un catálogo de una Nintendo Switch con un Bayonetta 3 y un Breath of the Wild 2 que sí o sí vas a jugar. Repito, hay que ser consecuentes, racionales y lógicos y, sobre todo, no tan capitalistas. 

Por más que suene cliché y utópico, hay cierto consumismo en quererlo todo y más cuando lo quieres de una vez, teniendo cosas que siguen funcionando. Por eso, para los normales, para los asalariados, no hay un paso a una realidad virtual que les volaría el cerebro; por eso es que uno termina jugando 120 horas en un juego que la prensa termina en 20, y por eso es difícil hallar los avances del medio mientras uno escribe cosas y sobreanaliza otras en juegos, que siente que juega muchísimo para sacarle todo el jugo a lo que compró. ¿Será por eso que algunos juegos se analizan como recursos, como inversiones, como horas? 

Por eso, siempre recuerdo que esto, por más que nos guste y avance y marque en el arte, sigue y seguirá siendo un lujo. Por eso, me siento como ese público que algunos analistas creen que no existe y por el que se preguntan por qué no se da el paso a otra consola; esa es la razón por la que hay juegos intergeneracionales. Soy ese mercado mayoritario que no vive al día y que llega tarde. Soy ese muchacho antojado por revistas en quioscos que siempre quiso esos juegos, soy ese que escribe con fanatismo, pero que tiene muchos juegos por jugar y que pocos leerán porque, claro, lo moderno en esta industria pasa rápido. Soy uno de esos porque no tengo dinero. 

No hay comentarios: