No hablamos de una obra menor. Es
el ultimo grito de lo que fue la consola, el ultimo gran proyecto puesto en la
zona de confort de haber ganado toda la reputación y el éxito en ventas que
significo Super Nintendo para Nintendo. Un juego que se lanza por la búsqueda
artística aprovechando la tecnología. Es la gran estética total de todos los
productos de la compañía de ahí en adelante, la experimentación y el gran punto
final de los juegos de dos dimensiones, no solo para Nintendo, sino para todas
las desarrolladoras.
Yoshi island es una obra maestra
sin reparo, un juego brutalmente inamovible de la nostalgia y el recuerdo y de
la sensación del control. Luce intacto, se siente intacto, profundiza y se
complejiza si quieres llegar al 100%. Es mejor de lo que recordaba y el
recuerdo, solo produce la idea de que en realidad crecer también permite
entender y ver todos los méritos de una mejor forma. Hay ideas simples sí, pero
regadas con esmero en todo el juego que hoy a mi edad se pueden dimensionar mejor.
Lo he terminado al 100% y he
descubierto todos sus colores y sus formas de juego, he descubierto sus ideas,
he entendido lo que quería que jugara, lo que quería decirme. He saldado la
deuda final que he tenido en toda mi vida. Ya he visto cada sección del juego,
ya puedo morir en paz.
La física de los huevos, el
cambio de la nieve que cae en tormenta, la gravedad y el peso de las rocas
redondas, el peso de las semillas de sandía, el sonido de la nieve en los
árboles, la flotabilidad sobre el agua, los chorros escupidos por los peces,
las persecuciones, los enemigos danzando como indios norteamericanos, las nubes
que desaparecen, los bloques de hielo, la gracia de los pequeños simios, y de
los hermanos cigüeña que lanzados se devuelven a ti. He redescubierto lo
difícil que sería haberse pasado esto en perfect, sin perder una sola estrella.
Lo difícil que es saber donde estaban las monedas rojas. El valor del Yoshi
azul que siempre, siempre, le tocaban los jefes y castillos finales, la gracia
del Yoshi amarillo, que atravesaba los fantásticamente diseñados castillos
medios. El menú y su estilo, la memoria interna. El uso tan fantástico del chip
fx en jefes.
Yoshi island queda ahí en la
memoria colectiva. Puede jugarse por mi yo del pasado, mi yo del presente, mi
hijo, el hijo de mi hijo. Por más que su sonido sea confuso, o que reaparezcan
los enemigos si nos devolvemos uno o dos pasos, esto es la quinta esencia de
Nintendo. La creatividad sobre la tecnología. Los planos, los fondos, el juego
con la lengua, los mundos, el arte, las burbujas que te convierten en un tren,
tanque, locomotora, la idea de estar leyendo un cuento infantil. Los pingüinos,
las cigüeñas, el mar en el fondo, Mario en pañales corriendo pegado a las
paredes ¿Cómo puede ser posible que cada mundo, tenga una idea central tan
determinante y tan importante? ¿Qué más ideas hay en una compañía, en un
equipo, en sus cerebros? ¿Cuánto talento para hacer su profesión pudieron tener Tesuka, Miyamoto y su gente?
¿Como puede generar esa energía,
ese gusto? ¿Cómo se puede sentir que uno esta queriendo un juego, una esencia,
el sentimiento de jugarlo? ¿Por qué lo quiero tanto? ¿Por qué me es tan
importante?
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