¿Han sentido que en los primeros meses de cada año hay un aletargamiento en videojuegos? Está dado porque la industria del videojuego vive en un estado constante de espera por grandes lanzamientos que dan luces para ver hacia dónde quieren ir los jugadores. Es en estos meses donde se siente la resaca de después de las Navidades. Entre eso, este particular aletargamiento estuvo acompañado por la demora del anuncio por parte de Nintendo de la nueva Switch 2. Un aletargamiento o un estado de espera para la industria en general más intenso que nunca, mientras que estamos tanteando también el otro evento futuro de mayor relevancia: el lanzamiento de GTA 6.
Sin embargo, la demora de Switch 2, que será anunciada oficialmente el 2 de abril de 2025 (por fin), demostró que Nintendo tuvo un enorme margen de espera y confianza generada por el éxito de la primera. Un éxito que no hemos aterrizado, conversado bien o incluso asimilado, porque ese aletargamiento viene en combo, además de por todo lo dicho antes, por una industria en crisis, que se desintegra a pedazos, con un número significativo de despedidos, como si quisieran acabarla de una vez por todas y quitarse de encima a todo ese personal humano, cuyos derechos laborables importan nada; tengan éxito o no. Además, todavía estamos digiriendo el aumento del fascismo en las ideas reaccionarias de los nuevos jóvenes hombres fanáticos, que gritan amargamente ante todo lo que no les gusta o que no apela a sus gustos, y finalmente, porque venimos de una temporada de premios que hace mucho ruido por los anuncios poderosos del futuro a mediano, largo y corto plazo, más allá de los mismos premios.
En esta pasmosa realidad, los que han tenido el discurso para encumbrar la guerra de consolas (prensa e influencers, foros, fanáticos muy vocales con redes sociales), que hoy parece ya más acabada que nunca, por lo que puede hacer Xbox con su Game Pass; no se ha mencionado una realidad palpable y casi que silenciosa: Nintendo ha ganado esa guerra, ha vendido todas las Switch que ha podido, incluso vendiendo 5 millones de unidades en las Navidades de 2024, ha hecho que cada juego que saca en su consola como exclusivo venda un millón de copias o más, y que el top de juegos de la consola dé para cifras impensadas de 67 millones de Mario Kart 8, 47 de Animal Crossing o los 21 de Tears of the Kingdom. Nunca un Mario, un Zelda o una franquicia en general de Nintendo había vendido tanto jamás. Y debería decirse porque la subestimación al principio de juegos y de hardware ha hecho que el éxito de la consola le esté haciendo pensar a media industria que tal vez la competencia por lo técnico no es tan importante y que debería acabarse.
Tambien le ha hecho pensar que en realidad siempre han importado más los juegos y la idea ligera de prender consola y jugar, y más en portátil a donde sea que lleves la consola. Es que tal vez, debido a esa subestimación, no se dice absolutamente nada con la seriedad que se debe: que ha vendido más que la Play 4 y que Xbox One o que la generación actual y que se espera que Switch 2 repita lo mismo en la próxima década con quien sea que se le ponga como competidora; que es adicionalmente un antes y un después, y que todo el mundo quiere copiarse de la idea de consolas híbridas con las ganas de todos por jugar portátil. Se dijo en un punto que acabaría las dos líneas de la compañía de portátiles y consolas de mesa, pero fortaleció ambos mercados.
Pero también pienso que no se ha dicho porque hay cosas más importantes y malas que han pasado. Que no hay celebración ni fiesta porque se acerca un ligero estancamiento creativo y económico y que, pese a ese fracaso, el único que ha ido a cobrar son los trajeados de Sony y Microsoft y, claro, todos los mismos trabajadores de Nintendo, una compañía que no ha tenido tanto esa cuestionable estrategia de despidos o desintegración de sus trabajadores como el resto. Porque literalmente el resto no lo ha logrado. Ha sido tal el éxito que todos están esperando que Switch 2 sea una superficie con un impacto mayor para sus lanzamientos y que los juegos que primero tienen que llegar son los éxitos de Play 4 y Xbox One que nunca salieron en Nintendo y que eran totalmente impensados por el futuro fracaso de la empresa que jamás ocurrió. Es decir, cada vez más se demuestra que la guerra, en efecto, se acabó, o que ya no importa tanto. Y que Nintendo, por su carácter, o por quién sabe qué razones, no se siente tan ganadora, o incluso, tal vez ni lo entienda. Tal vez es eso, que al haber sido una consola intergeneracional, no hay generación en la que pueda declararse ganadora. Pero es que en cada video de esos resúmenes de generaciones en la historia del videojuego, donde se dice que una PlayStation 2 destruyó a su competencia, que una Wii fue un fenómeno, que una Sega Dreamcast perdió completamente o que una Play 4 solidificó el “hago lo que se me da la gana” de Sony, se resalta que siempre ha habido una ganadora. Y yo lo digo: Nintendo ha ganado. Hay que decirlo para que al menos sea una cachetada que nos despierte del aletargamiento, que tal vez sea con el anuncio en la primera semana de abril. Gracias por leer.